Es el disco de mi vida. Es el disco que más he escuchado. Es el disco que más he disfrutado esta década, es el disco que más he manoseado, más he observado, su libreto es el más desgastado. Es el disco de la década de los 2000, de esta década incierta. 69 canciones de amor, 69 viñetas alcohólicas, sinceras, irónicas, gays, ridículas, emocionantes, un siglo de estilos, un siglo de influencias, un siglo de grupos.
Los Magnetic Fields de Stephin Merrit eran hasta entonces conocidos como una rara avis del indie. Aún siendo norteamericanos, facturaban un tecno pop filogay inspirado en los años sesenta y ochenta. Todo con un sonido muy precario, lo-fi lo llamaban, entre Phil Spector y la OMD. Para más inri, su popularidad llegó a principios de los noventa, cuando todo esto ya estaba demodé. Editaron discazos tan luminosos como Holiday (1993) o tan melancólicos como el eterno Get lost (1995), considerado en su momento el un soplo en el corazón (Family) en inglés. Por estos lares apenas eran reivindicados por la Rockdelux y por Manolo y Genís. Un grupo para muy indies, para muy gays o para muy raros. Nuestro grupo vamos.
Sabíamos lo prolífico que podía llegar a ser Mr. Merritt: bandas sonoras, grupos paralelos como los Petshopboyseros Future Bible Heroes, autohomenajes como The 6ths e incluso un proyecto para fiestas temático-paródicas, The 3 Terrors. Pero claro, saber que este Lp iba a tener en principio 100 cortes, uno por cada año del siglo veinte, deja con la boca abierta a cualquiera. Al final cribó y seleccionó lo suficiente como para brindarnos esta maravillosa cajita conceptual y atemporal.
3 horas diseccionando el hecho amoroso, y no te entran ganas de cortarte las venas... Aquí podemos encontrar ecos de artistas tan dispares como Abba, Johnny Cash, Leonard Cohen o Ramones, y se recrea en géneros como el punk, el reggae, el music-hall, la música concreta... Todo con un gran sentido del humor y dándole la vuelta a los tópicos románticos. Diversos vocalistas, instrumentaciones y tonos, hacen que no se caiga nunca en el aburrimiento o en la repetición. Tiene mucho de Diorama, de film, de musical este disco. Y aunque pueda parecer pretencioso el concepto, su minimalismo pop nos hace ver que todo esto es un broma muy seria. Un reto compositivo al límite pero también un juego de niños bañado en vino barato.
Y por esto y por mucho más, nuestro querido Stephin reinará en nuestros corazones por siempre jamás, nos acompañará en nuestras desilusiones amorosas, nuestras bodas, nuestros divorcios, nuestras paternidades. En los 00 y en las próximas decadas... ¡Creo que necesito un nuevo corazón!
Ramón Andreu
THE MAGNETIC FIELDS 69 love songs (Pias, 2000)
(Mejor disco de la decada según el programa de radio Sonorama)
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